Resvetrarol y la píldora milagrosa
Se van a cumplir en agosto seis años desde que los científicos anunciaron que una fitoalexina, el trans-3,4,'5-trihidroxistilbeno, o comunmente llamado resveratrol, presentaba poderes extraordinarios de prolongación de la vida, y además se podía ingerir de una manera particularmente atractiva: bajo forma de copita de fragante vino tinto, del que este compuesto es un componente importante.
Lo que ha sucedido desde entonces es que la investigación científica sobre esos poderes avanza a ritmo lento, pero la industria de los suplementos dietéticos se ha lanzado de cabeza a producir píldoras de resveratrol prometiendo verdaderos milagros como la prevención de enfermedades o la prolongación de la vida misma.
Lo que se ha observado con el consumo de resveratrol mediante el consumo moderado de vino tinto es que ejerce una acción anticoagulante, previniendo trombos, y refuerza la eficacia de las células del sistema inmunitario, que ya es importante.
Sin embargo, la base científica de tanta propaganda, aunque prometedora, es aún muy incompleta. De hecho, el frenesí publicitario en torno al resveratrol es una muestra perfecta de cómo se puede distorsionar la ciencia cuando se unen las esperanzas del público, los cánticos de la publicidad y el ansia de beneficios de los fabricantes. Es probable que a la ciencia le falte aún bastantes años para poder establecer con seguridad el consumo de grandes dosis de resveratrol durante períodos prolongados.
|