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Torrontés Sanjuanino
Durante
muchos años el origen de la cepa Torrontés
fue desconocido, ya que no se lo ha podido
asociar directamente con ninguna variedad europea
que explique sus antecedentes en el Viejo Mundo.
Es por esto que se dice una variedad típica
Argentina. Recientes estudios señalan
que provendría del cruzamiento entre
Moscatel de Alejandría y Criolla Chica,
aunque los mismos no son concluyentes.
En Argentina, según datos del INV, hay unas 8.100 hectáreas
de este cepaje, concentradas principalmente en San Juan, Mendoza
y La Rioja, aunque también Salta produce excelentes ejemplares
como el famoso “Torrontés de Cafayate”. Se conduce
principalmente a través de parral.
En Argentina el INV reconoce tres cepas de Torrontés: el
Riojano, el Mendocino y el Sanjuanino. Cada uno de ellos presenta
características propias.
En nuestro caso, el Valbona Torrontés Sanjuanino se presenta
amarillo verdoso, con un aroma persistente y muy frutado. Se perciben
rosas, durazno y frutas tropicales. En boca se percibe seco con
sabores frutados y florales, propio de la variedad. A diferencia
de otros vinos Torrontés, no es un vino rústico sino
delicado y no presenta un retro gusto amargo.
En general el vino joven de variedad Torrontés presenta
color amarillo verdoso o amarillo verdoso con tintes dorados e
incluso cuando es del tipo regional, el dorado es más pronunciado.
Para algunos especialistas el aroma a rosas, durazno blanco y ensalada
de frutas son los tres aromas primarios del Torrontés.
En boca aparecen los sabores de cáscara de naranja, durazno
blanco, rosas, orégano, manzanilla, miel, ensalada de frutas
y uva moscatel, con un equilibrio entre la acidez y los sabores
a frutas, que lo hacen aparecer como dulce siendo un excelente
vino seco.
En Argentina algunas bodegas también lo utilizan como base
de espumante, para realizar cortes con otras variedades y cuando
sus uvas están sobre maduras para elaborar vinos dulces
con algunos gramos de azúcar residual, ahora conocidos como
cosecha tardía.
Fuente: Libro "Vinos Argentinos".
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técnica.
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Vinoterapias: Beber y sumergirse.
La Vinoterapia es un conjunto de tratamientos,
técnicas y terapias a base de vino para
combatir un trastorno físico o mental del
paciente.
Actualmente está siendo utilizada especialmente por muchas
centros de salud, termas y balnearios como una manera de conseguir
un mejor aspecto de la piel, eliminar las arrugas, evitar la flaccidez
y parecer más joven. Esta nueva tendencia se lleva a cabo
con mayor intensidad en centros de belleza franceses e italianos.
Los antioxidantes que contiene el vino, son los que le confieren
esta propiedad al neutralizar los radicales libres que son los
responsables de la oxidación de la células de la
piel que envejecen y dotan a la piel de más arrugas, manchas,
y menor consistencia.
Los que defienden este tipo de terapia aseguran que los baños
totales con vino, o la combinación del vino con aguas termales,
además de recuperar la piel, tonificarla e hidratarla, proporcionan
una mayor consistencia y firmeza en los músculos. Además
estos baños liberan la tensión muscular y proporcionan
una sensación muy relajante en todo el organismo.
Aunque los inventores de los centros de vinoterapia fueron dos
franceses, Mathilde Cathiard y Bertrand Thomas, que inauguraron
el primer establecimiento cerca de Bordeaux, las beauty farms o "granjas
de belleza" que incluyen tratamientos de vinoterapia se difundieron
rápidamente en Italia, que hoy tiene el mayor número
de establecimientos dedicados a este tipo de cura. Entre las variedades
más usadas en este país, se encuentran las siguientes:
Lambrusco: muy
rico en minerales,
ayuda a conservar la
elasticidad de la piel
y mantenerla firme.
Sauvignon: con
propiedades tranquilizantes.
se utiliza especialmente
para realizar masajes.
Chianti: Al
igual que el anterior
tiene propiedades relajantes.
Cabernet o
Merlot: Especialmente
indicado para eliminar
las imperfecciones
de la piel, eliminar
las células
muertes y rejuvenecer
el aspecto exterior.
Otros productos se obtienen también de la uva que contribuyen
a mejorar el aspecto estético. El aceite de pepitas de uva
esta particularmente indicado para masajear la piel, permitiendo
recuperar las grasas naturales que se pierden con la edad o debido
a las agresiones exteriores. Otro de los productos interesantes
de la uva es la pulpa con la que se pueden realizar mascarillas
para la cara que cumplirían una función revitalizante
y rejuvenecedora.
» ver
más información
(idioma italiano)
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El
color de las botellas y su importancia en la
conservación de los vinos.
El
año pasado publicamos una nota sobre
los distintos tamaños y formas de botellas.
En esta nota, hablaremos de la coloración
del cristal de la botella y su importancia
para la conservación del vino.
El vino es un líquido que tiene una fotosensibilidad importante;
por lo que, la incidencia de la luz a través del tiempo,
va provocando diferentes alteraciones. A mayor cantidad de luz
recibida más se acentúan los fenómenos oxidativos.
Es por ello que durante la guarda de los vinos, se procura mantenerlos
en penumbra. Cuando se elaboran vinos para la guarda y se escoge
la botella, ésta suele ser más oscura.
En general, para vinos tintos que han envejecido en madera, se
emplean vidrios verde-oscuros, mientras que para vinos jóvenes,
se suelen utilizar vidrios incoloros o con tonalidades leves.
En función de la intensidad del color y del matiz del vidrio,
la botella dejará pasar más ó menos diversas
radiaciones del espectro.
El vidrio blanco detiene las radiaciones ultravioleta y parcialmente
las violeta y es atravesado por las demás radiaciones. El
vidrio verde detiene mejor el ultravioleta y el violeta, deja pasar
pocas radiaciones azules y muchas amarillas, reteniendo muchas
otras, por lo que el vino queda más protegido.
Por eso, el vino blanco envejece antes en botellas blancas que
en botellas coloreadas. En botellas verdes toman mejor aroma y
están protegidos contra las quiebras cúpricas. Incluso
los vinos tintos se desarrollan mejor en botellas oscuras.
Por último, en un mundo donde la imagen es importante, el
color de la botella además de la conservación debe
tener un fin estético, permitiéndonos observar la
maravillosa gama de colores del vino que protege.
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Origen y evolución
del sacacorchos.
La propagación del sacacorchos se sitúa históricamente
a partir del siglo XVIII (aunque existen algunos modelos del XVII),
coincidiendo con la difusión de las botellas de vidrio soplado
y del corcho como el elemento destinado a mantener el líquido
en su sitio hasta el momento del consumo. La primera referencia textual
a un sacacorchos procede de Inglaterra y corresponde al Tratado de
la Sidra, escrito por James Worligge en 1676, donde habla de "un
tornillo de acero utilizado para extraer los tapones de las botellas".
Técnicamente, no se trataba exactamente de un sacacorchos
tal y como hoy lo conocemos, sino más bien de una especie
de barrena similar a la que se empleaba para limpiar las armas de
fuego.
A partir de entonces, y con la imposición del espiral metálico
como elemento básico para la extracción de los tapones
de corcho, la evolución del sacacorchos se centra en el desarrollo
del método más cómodo para realizar la operación,
es decir, en el perfeccionamiento del mango y el sistema mecánico.
La primera patente de un sacacorchos es también inglesa, del
año 1795 por Samuel Henshall, aunque en los años subsiguientes
se produjo un boom en el registro de diferentes modelos, en todo
el mundo: Francia, Estados Undios, Canadá... Tan sólo
en Inglaterra, en el siglo XIX se patentaron hasta 350 modelos diferentes
de sacacorchos.
Las modificaciones sobre el mango, la adición de palancas
o los puntos de apoyo fueron aumentando su eficacia. La evolución
del sacacorchos se fue adaptando en cada lugar al tipo de tapón
que estaban destinados a extraer. En consecuencia, las preferencias
nacionales sobre las bebidas determinaron, en cierta medida, los
primeros modelos de sacacorchos.
El actual modelo denominado Vulcan es la réplica del antiguo
modelo diseñado en 1802 por Edward Thomason basado en un sistema
telescópico de doble acción que incorporaba algo parecido
a un sombrero metálico que se acoplaba a la boca de la botella.
La espiral perforaba el corcho y después lo hacía ascender.
En el 42, Edwin Cotterill patentó un sacacorchos con un mecanismo
cruzado que posibilitaba el giro de la espiral de izquierda a derecha.
El modelo de láminas permitía extraer y volver a introducir
el corcho en la botella sin dañarlo y se convirtió en
un instrumento muy útil para los hosteleros poco escrupulosos
que utilizaban la picaresca del relleno. También apareció un
sacacorchos compuesto por un tornillo central acompañado de
dos resortes móviles que desplegados hacían de empuñadura.
A partir de 1850 comenzaron a llegar los sacacorchos de palanca,
que reducían notablemente el esfuerzo en la extracción.
A fínales del siglo XIX apareció el modelo primitivo
del que quizás sea el sacacorchos más importante de
la historia: el de una sola palanca, el preferido de los camareros
y sumilleres de todo el mundo, incluso en nuestros días.
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Pequeñas y grandes recomendaciones
sobre el vino y la salud
1. El vino es una bebida para
adultos sanos, absolutamente incompatible para
las mujeres en estado de gestación y los
lactantes, así como para los inmoderados.
2. El vino
es sano solamente cuando
es bebido con moderación,
es decir, con respeto, educación,
cultura e inteligencia, lo
cual permite disfrutarlo
con los cinco sentidos.
3. Los mayores
encantos del vino están
en sus matices cromáticos
y en sus aromas, ni beber
mucho ni beber deprisa aumentan
el placer del vino, sino
todo lo contrario.
4. Beber
vino moderadamente es sano,
e incluso recomendable, y
causa placer, beberlo despacio
aumenta ese tiempo de placer
y el placer mismo.
5. No beba
nunca vino en ayunas, el
vino está hecho para
acompañar a otros
alimentos y no como un objetivo
por sí mismo.
6. Armonizar
vino con alimentos, así como
vinos con oportunidades es
un arte.
7. Con
el fin de marginar definitivamente
el abuso del vino y para
alcanzar consumos moderados
y razonables, es necesario
que el conocimiento del
vino sea transmitido
desde el entorno familiar
en el que lo hemos bebido
durante miles de años.
8. Las
familias, y en general
los mayores que conocen
el vino deben convertirse
en su principal vehículo
de divulgación
y en indiscutible ejemplo
de moderación.
9. Es preferible
no beber vino sólo,
el vino es una bebida convivencial
y ha de ser compartido.
Recomendaciones
de la Fundación para
la Investigación del
Vino y la Nutrición,
FIVIN
» www.fivin.org
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